miércoles, 14 de mayo de 2014

"Casi se puede oír el rumor del piano de Teresa Carreño"

Presentación del libro Para conocer a Teresa Carreño (2003)
Por Einar Goyo Ponte*

"En un país donde aún es tardío el reconocimiento pleno a sus héroes civiles, a aquellos ciudadanos de a pie, quienes al uso de las armas prefirieron el cultivo de la ciencia o de las artes para introducir a Venezuela en la modernidad, en el progreso y en la libertad, toda obra que contribuya a la memoria de sus letrados, científicos, pensadores y artistas es indispensable. En las manos tenemos hoy el segundo Cuaderno de Difusión editado por el Centro Documental del Teatro Teresa Carreño, entidad creada por la Fundación del mismo nombre y dirigida por Teresa Alvarenga. Está dedicado a honrar la vida y obra de la pianista y compositora que da nombre al primer teatro de Venezuela, y a uno de los más espectaculares de Latinoamérica: a Teresa Carreño, personaje excepcional, casi novelesco, de avasallante personalidad e incisiva huella en la historia mundial de los intérpretes del piano.

Este trabajo del acucioso investigador Jesús Eloy Gutiérrez viene a contribuir con el definitivo descubrimiento de la insigne artista caraqueña, cercada hasta ahora por el afán de mitificación y la apasionada memoria más novelesca que fáctica. Su biografía documentada y objetiva está aún por venir, pero lo que vamos a leer es un excelente punto de partida, una referencia investigativa y documental inexcusable, sobre la cual no sólo la biografía sino interesantes trabajos de pesquisa musicológica pueden encontrar su asiento, tal es el rigor y el orden que animan este cuaderno, rico en soportes documentales y en sugerencias temáticas.

Fue como a los diecisiete años cuando, en un avatar que aún tiene para mí mucho de misterioso, de rescate fantástico a través del tiempo, casi de invocación fantasmal, que se me dio escuchar una de las escasas grabaciones que existen de Teresa Carreño. La música de la Balada N° 1, de Frederic Chopin ha quedado asociada desde entonces a su nombre. Hoy entiendo desde allí nuestra insigne tradición de mujeres pianistas, con la cual hemos grabado nuestro nombre en el mundo de la música. Mujeres bellas, cercanas a la exuberancia, dueñas además de una fuerza y de una capacidad para la construcción de la melodía, en verdad impresionantes.

Para nosotros esa historia comienza en Teresa Carreño, que en su tiempo daba tal sensación de potencia y dominio que se les antojaba, como testimonia Claudio Arrau, demoledora, incansable, en programas vastos, que ella, ganada del genio o duende que se agitaba dentro suyo, podía llegar a hacer interminables. La “Valkiria del piano”, como se la llamó, identifica al menos dos de sus cualidades artísticas: su impactante fuerza y el señorío en el repertorio alemán. 
 
Parte de ese sonido cultivado por la relación con los grandes nombres de la música del siglo XIX, se nos devuelve junto con la figura, el talante y el celaje de su carácter, a través del laberinto de las páginas y notas de este Cuaderno. Casi se puede oír el rumor del piano de Teresa Carreño".

                                                                      
*Crítico musical. Noviembre de 2003

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