miércoles, 16 de julio de 2014

“El piano de Teresa Carreño”

DOCUMENTOS HISTÓRICOS

“El piano de Teresa Carreño”


Por Guillermo José Schael

Cuatro años después de la inauguración del Teatro Municipal de cuya edificación se cumple -un siglo en enero, ofreció su primer recita! en Caracas, Teresa Carreño, hija de Manuel Antonio Carreño,  autor del famoso Manual de Urbanidad y ex-ministro de Hacienda con el gobierno de Pedro Gual, creador además de los no menos célebres 500 ejercicios para piano, 'con los cuales iniciaría a su hija, nacida en 1853, en el aprendizaje de la música. Circunstancias políticas le obligaron a abandonar el país. Cuando regresó con Teresa*,  ésta venía precedida de gran fama, por su impresionante éxito a los diez años. Había actuado como solista en la Orquesta Filarmónica de Boston (1863) así como también en otras importantes salas de concierto de EE.UU y Europa.

Un crítico tan severo como José Antonio Calcaño, no vacila en calificar a tan extraordinaria mujer de "gloriosísima". Antes de su presentación en Caracas, Teresa había sido aplaudida en salas en  Escocia, España, La Riviera y en exigentes escenarios de otros países con tradición musical. Cuando Teresa llega a Caracas ya estaba casada en segundas nupcias con Giovanni Tagliapiettra, a quien había conocido en el mundo de la ópera. Su primer esposo, el violinista Emile Sauret, pidió separación a los dos años, alegando “no poder entenderse”, de modo que cuando ella vino, apunta el profesor Calcaño, Teresa ya era divorciada y vuelta a casar, circunstancia que en aquella época se veía con recelos. 
Teresa fue recibida con inusitada demostración de cariño en la estación de ferrocarril. La crónica refiere que la noche de su estreno en el Municipal, 29 de octubre de 1885, la sala abrió con entradas agotadas. Lo que pocos sabían era el drama interior de la pianista, a causa de su desavenencia con Tagliapietra y las rabietas continuas debía sufrir a causa del mal carácter de éste. Para la presentación eligió el Concierto en Mi Menor de Chopin; las Sextas de Henselt y una danza compuesta por ella misma, Saludo a Caracas, 'El Trémolo" de Gotchald y luego siguió con la Rapsodia N° 6 de Liszt, en cuya ejecución "sus ágiles muñecas llamaron prodigiosamente la atención". También ejecutó por primera vez el Himno a Bolívar, compuesto por ella misma, con letra de Felipe Tejera. Esta obra  ̶̶comenta Calcaño̶  la realizó Teresa para ser estrenada en 1883, centenario del natalicio del Libertador, lo que no pudo realizarse. Las ovaciones que recibió de sus compatriotas aquella noche fueron las más vivas, prolongadas y entusiastas que hasta entonces habían prodigado en Caracas.

Su segundo concierto abrió el programa con el Capricho Brillante de Mendelssohn, La Polonesa de Webber Liszt, el Andante en Fa de Beethoven y el "Estudio en Octava" de Kullak. Teresa escribiría poco después de su clamoroso éxito a su amiga Keat Reed, hermosa carta en la cual expresa sus sentimientos de gratitud hacia los caraqueños por la extraordinaria bienvenida y las ovaciones y elogiosas críticas de la prensa, sin olvidar aludir al honor recibido del Presidente quien le confirió la Orden del Libertador.

Pero ni la nobleza de Gonzalo Picón Febres, quien le dedicara encendidas palabras de admiración y estímulo como virtuosa del piano, ni el hermoso poema que le dedicara Alirio Díaz Guerra, lograron calmar el quebrantado espíritu interior de la artista por las continuas recriminaciones que sin motivo recibía de su esposo Tagliapiettra, al parecer ofuscado y lleno de celos por el triunfo de su bella mujer en los escenarios musicales.
Sin embargo, en medio de aquel sufrimiento, Teresa logra el maravilloso milagro de superarse. Guzmán Blanco, quien había visto con entusiasmo las dotes de una artista ya con renombre mundial, la agasajó y le confió la empresa de contratar en Europa una compañía de ópera para ser presentada en el Municipal.

Una de sus discípulas y admiradora, Marta Milinowski, escribiría un hermoso ensayo biográfico sobre la vida de esta genial venezolana, a quien no vacila en calificar para honra del gentilicio, “como la más grande pianista de todos los tiempos”.

En el acto de recuperación del piano, actuó el Juez 6° de Departamento a solicitud de la señora Adela Calvani, presidenta del Ayuntamiento. Tanto el histórico instrumento musical como otros objetos que pertenecieron a la notable artista, fueron llevados a un salón especial del Palacio Municipal, hasta ser definitivamente reubicados. Se hallaban presentes algunos concejales, así como Domingo Manuel García Pérez, Secretario Fiscal de la Comisión de Cultura y otros funcionarios del Departamento. Por cierto, que entre las personas presentes en el inventario se hallaba la señora Marciano Bruneteau, madre de la insigne pianista, actualmente en Viena, Rosarito Marciano, quien descubrió hace algunos años y en vísperas del cuatricentenario, en una tienda de antigüedades de la capital de Austria, el instrumento musical que fue junto con partituras, trajes, fotos y recuerdos, del patrimonio de la excelsa artista”.



* Acá, el autor del escrito comete un error. Manuel Antonio Carreño (padre) murió en París en 1874, quien vino para la gira de Teresa Carreño en Venezuela fue su hermano, que también se llamaba Manuel Antonio.
Crónica de Caracas, enero-junio de 1980, N° 78, págs.80-84
Foto del piano:  Stefano Svizzetto. 2012.
Otras imágenes: Revista Crónica de Caracas y Colección Fotográfica Centro Documental Teatro Teresa Carreño.