domingo, 12 de febrero de 2017

Teresa Carreño y Luz Machado: música y poesía



DOCUMENTOS HISTÓRICOS
Por Mario Milanca Guzmán*
La música y la poesía ¿cuándo han estado divorciadas? Jamás. Y cuando Maurice Blanchot dice: “escribir es la participar de la afirmación de la soledad donde amenaza la fascinación”. ¿Acaso no sería legítimo sustituir en esa sentencia “escribir” por “interpretar”? y tendríamos ambos ejercicios artísticos unidos. Así Luz Machado** escribe “en su soledad”, como ayer Teresa Carreño interpretaba “con su soledad” para fascinar a su alocutorio. Pero en forma estricta estas venezolanas ilustres se unen en el mismo ejercicio, en definitiva, la escritura, el signo ¿Teresa Carreño no reescribió, en el piano, los sueños y pesadillas, de compositores fallecidos o de sus contemporáneos?;  decimos que ambas se encuentran en la escritura hecha un código diferente, el musical, pero ambas finalmente, nos han hecho llegar sus sueños, alegrías, pesadillas, a través de sus respectivas obras.

Escribimos lo anterior como homenaje a dos mujeres venezolana que en distintas épocas ha representado, en lo más alto, el nombre de Venezuela en el exterior. Y lo hacemos a propósito de un artículo que Luz Machado publicara en El Nacional 46 (16.261): A4. Diciembre 8, 1988, titulado “Sobre bibliografía nacional”. En esencia, su autora reclama algo, que nosotros compartimos plenamente. Esto es, el uso de materiales en cierto trabajos –léase libros, ensayos, artículos– y la ausencia de referentes.

Comenta Luz Machado, en su artículo antes citado, que ella reacciona con extrañeza antes quienes omiten señalar trabajos y autores que estoy segura –dice– ha sido conocidos. Compartimos esta inquietud muy legítima de la intelectual. Ella me comentaba en un diálogo telefónico que mantuvimos el mismo día en que se publicara su artículo “Sobre bibliografía nacional” –que hasta un título de una de sus obras se lo habían plagiado. Nosotros tenemos un caso muy reciente que comentar –no denunciar, pues ya se lo hicimos ver al plagiario, sin que hasta el  presente hayamos tenido una respuesta–. En efecto, hace varios años comenzamos una lectura de la revista que fundara un venezolano visionario, don José María Herrera Irigoyen, titulada El Cojo Ilustrado. Esa lectura tuvo como objetivo estudiar el “parámetro musical”; resultado de esa lectura han sido: a) “El Cojo Ilustrado 1892-1915: una investigación hemerográfica” Revista Musical de Venezuela, Caracas, enero-abril de 1982, núm. 6, págs. 73-143; b) “Una experiencia hemerográfica. Investigación en publicaciones no especializadas en Venezuela: método y análisis” ponencia al Primer Encuentro Latinoamericano de Compositores, Musicólogos y Críticos” Caracas, 1984; c) “Reynaldo Hahn en El Cojo Ilustrado” cap. III, de la obrada titulada Reynaldo Hahn, caraqueño; d) Música y músicos en El Cojo Ilustrado, ésta última, es la obra definitiva que recoge nuestras investigaciones en la citada revista.

Luego señala que ignora qué exigencias imponen los nuevos dictámenes teóricos sobre bibliografía. Creo que no existen “nuevos métodos”, el método en bibliografía será siempre el mismo, esto es, la honradez, en el momento de indicar nuestras fuentes; honestidad y precisión.

Queremos homenajear a Luz Machado por esa preocupación que ha mostrado por Teresa Carreño, y no escribió al margen de su vocación poética”, pues lo que ella ha escrito sobre la pianista universal es, en esencia, poesía. De Luz Machado conocemos dos trabajos consagrados a la caraqueña: “La máquina de Teresa Carreño”, El Nacional año (N°) Noviembre 24, 1975, y “Teresa Carreño” Revista Nacional de Cultura, Caracas, julio-agosto de 1965, núm. 170, págs. 18-27. Este último es una recensión dictada por las páginas de exaltación que me han inspirado – confiesa su autora – la vida y la obra de esta ilustre venezolana; vida y obra que la poetista conoció a través del libre de la polaca-norteamericana Marta Milinowski, titulado Teresa Carreño. Luz Machado, propone a los jóvenes la lectura del libro de la autora norteamericana.

Del comentario publicado en la Revista Nacional de Cultura, quisiéramos detenernos en lo que pensamos, es lo medular; nos referimos a la apreciación que hace la autora de la vida de Teresa Carreño. Anotamos algunas de esas afirmaciones: “Sólo hay que insistir en su conocimiento”; “Ni debemos permitir que se nos extravíe la huella de la más grande venezolana de todos los tiempos; “Venezuela le debe todavía el gran homenaje”; “Han de recordarse sus pasos y no permitir que se nos extravíe su huella, que ha de estar bien conservada y servir de objeto de estudio a la generaciones presentes y futuras”.

El gran homenaje a que alude a la autora del Canto al Orinoco, fue saldado por la patria el día 9 de diciembre de 1977, cuando por un decreto N° 2.451, del entonces Presidente de la República, Carlos Andrés Pérez, se realizó la inhumación de sus restos –cenizas– en el Panteón Nacional. Ahora, lo que aún permanece como compromiso con nuestra eximia pianista, es lo que anota con tanta lucidez la poetista: las huellas. Sí, ella pide que no se nos extravíe su huella que ha de conservarse y servir de estudio a las generaciones presentes. Pero la pregunte se impone ¿qué se ha hecho al respecto? ¿Se ha desandado el camino, y rastreado ese ejemplo, esa vida? Por nuestra parte podemos decir que desde hace varios años hemos centrado nuestro trabajo en la vida y la obra de Teresa Carreño. Esos trabajos –que se iniciaron con el sólido respaldo de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation– han sido los siguientes: 1) "Dislates en la obra Teresa Carreño, de Marta Milinowski”. Latin American Music Review. University of Texas, vol. 8, numero 2, fall/Winter, 1987; 2) “Claudio Arrau evoca Teresa Carreño ibídem; 3) "Teresa Carreño 1885-1887", Venezuela ’88, n° 9; 4) Teresa Carreño, gira caraqueña y evocación (1885-1887). Caracas, Edic. Cuadernos Lagoven, 1987, 140 págs.; 5) Teresa Carreño, una década (1853-1953)  (obra inédita); 6) María Teresa Carreño. Este libro lleva por subtítulo: “Un desconocido artículo de Cecilio Acosta”, (obra inédita); 7) “Teresa Carreño: cronología y manuscritos”, Revista Musical Chilena, Santiago, junio-diciembre de 1988. Núm. 170 (en prensa); 8) Teresa Carreño, 55 años de pianismo. (Fundación Biblioteca Ayacucho, en prensa). Independientemente de este trabajo, está la difusión de la vida y la obra de la artista, a través de conferencias que hemos dado, tanto en el país como en el exterior.

Así creemos, estamos cumpliendo el pedido que hace la ilustre poetista en su trabajo publicado en la Revista Nacional de Cultura; o, al menos, nos acercamos al espíritu de ese pedido: rastrear las huellas, pide la autora. Nosotros lo hemos hecho en cuatro libros y otros tantos ensayos; lo hemos logrado recurriendo a fuentes primarias, es decir, archivos; y gracias a esa indagación tenemos en nuestro poder materiales absolutamente inéditos, que servirán para reconstruir esas huellas de la artista V. gr., hemos dado con el documento que oficializa la vida civil de Teresa Carreño: su partida de bautismo. Luego 134 años de haber permanecido en la oscuridad de los libros, en la humedad que silencia, entre los hongos que matan, sacamos a la luz ese precioso documento, que adquiere todo su valor como tal, al ser inscrito dentro de otro, y así hoy podemos entregar una secuencia precisa de sus huellas infantiles, de sus padres y hermanos.
 * Mario Milanca Guzmán (1948-1999) Investigador chileno residenciado en Venezuela que hizo un importante aporte en el rescate de la documentación de Teresa Carreño en los archivos caraqueños. Fue Licenciado en Letras y docente universitario. El artículo que recatamos hoy fue publicado en el diario El Nacional, el 23 de enero de 1989. Tiene su valor histórico porque además de referirse a Teresa Carreño, hace un inventario de sus obras dedicadas a la artista.
** Poeta, ensayísta y diplomática venezolana, nacida en Ciudad Bolívar en 1916. Murió en Caracas en 1999. Fue confundadora de la revista "Contrapunto".
Fotografías: Teresa Carreño (Centro Documental TTC);