jueves, 29 de junio de 2017

Entrevista a Mariana Inés Gil, autora e intérprete de "Teresa Carreño, la pasión"


ENTREVISTA

Entrevistamos a Mariana Inés Gil, sobre el monólogo Teresa Carreño, la pasión. La idea de este encuentro es hacer el registro de lo que fue su experiencia creativa en torno a esta obra, a efectos de que se conozca más, sobre todo en este año que es el centenario del paso de Teresa a la inmortalidad. Su aparición ha sido avasallante, tanto por la historia que cuenta, como por la interpretación que hace la propia autora de la pieza. Se ha llevado a escena en los espacios de Banco Central de Venezuela, Celarg, Teatro Municipal de Valencia, Sala José Félix Ribas y PDVSA La Estancia (Altamira).

─ Lo primero que tendríamos que preguntar en este caso es: ¿cómo surge esa idea de la pieza, cómo surge esa primera motivación para acercarte a Teresa Carreño y por supuesto escribir una obra, concretamente una obra de teatro?

─Bueno, la idea surge por varias cosas, confluyeron muchos elementos allí, para que naciera Teresa Carreño, la pasión. En principio, bueno, yo venía haciendo teatro. El Teatro Teresa Carreño significa mucho para mí porque yo soy del interior del país, soy valenciana y como siempre lo digo en este espacio, a mí me han pasado muchísimas cosas. Yo venía a ensayar aquí (…) de la Juana Sujo este espacio me gustaba muchísimo porque era como mi espacio de cobijo, aquí incluso hacía siestas, etcétera, etcétera y siempre me llamó la atención la figura de Teresa Carreño, siempre.

Además, me daba curiosidad que la confundían con Teresa de la Parra. ¿Pero por qué te digo que confluyen varios elementos? porque yo tengo un tío además, que lo nombré mucho cuando presenté la obra en Valencia, que se llama Ramón Arturo Guevara. Mi tío es amante de las antigüedades, y mi tío en varias oportunidades me hablaba de Teresa Carreño. 
Y bueno allí también en una oportunidad le quise dar los créditos y dije incluso, te confieso esto ahora, que la obra había sido escrita a cuatro manos, eso lo dije cuando estuvimos en Valencia. Yo quería como reivindicar a mi tío, a un señor solo, soltero, sin hijos, amante de todo lo antiguo y para él fue como lo máximo estar en el Municipal y que la gente lo interpelara preguntándole sobre Teresa Carreño, eso es un segundo punto, mi tío.
El tercer punto, una vida apasionante como fue la vida de Teresa Carreño y que además me llamaba la atención porque en ese momento que escribí la pieza yo estaba pasando por un gran desierto. Después de esto,  surgió mi grupo que se llama Ageo Teatro. Ageo es un libro de la Biblia, un profeta que habló de la reconstrucción del templo y el teatro para mí es eso, la reconstrucción del hombre, la reconstrucción de todos los pedazos, allí, es un espacio sagrado, así como es la figura de Teresa Carreño.
Entonces bueno, empecé pues, digamos, a investigar un poco más y a escribir esta pieza en honor a Teresa, pero siempre digo que no fue escrita por mí, por qué, porque es ese refrán, yo no sé si dice Cuando Dios te lo da, San Pedro te lo Bendice, yo no sé cómo es la cosa, pero esto yo creo que fue Dios el que me puso a escribir Teresa Carreño, la pasión y otras cosas que escribí a posterior… Creo que fue Dios, porque todo se fue dando. El grupo, escribir la obra, el cómo se escribió, el cuándo se escribió y todo lo que pasó para llegar a lo que es ahora Teresa Carreño, la pasión e incluso Teresa Carreño In Memoriam, donde han participado otros artistas. Hoy se torna, no como una obra de teatro, sino como un espectáculo para rendir honor a la gran figura de Teresa Carreño.

─ ¿Cuánto tiempo te llevó escribir la obra?
─ (Risas) Eso es muy cómico, porque yo la obra si te lo confieso, a ti que ya eres, te considero muy cercano, yo recuerdo que arranqué a escribir la obra en una noche y eso después tuvo modificaciones…Fue de una sola sentada porque eso estaba ahí desde hace muchísimo tiempo. Cuando uno escribe, tú no escribes media línea, tú no escribes un parrafito, por lo menos así me pasa a mí, uno escribe y después eso va mutando. No te puedo decir un tiempo porque la verdad no lo recuerdo, sí recuerdo cuando me senté a escribir y tenía muy claro el comienzo y también tenía muy claro el final. Lo que no tenía muy claro en ese momento era el título de la pieza, eso llegó después.

─ ¿Cómo fue ese proceso de documentación para llegar a estructurar la obra?
Sí, bueno mira el proceso de documentación fue bien particular porque yo me fui a la Biblioteca Nacional y empecé a leer sobre Teresa Carreño, después me fui como loca por todos los lugares, porque yo quería tener para mí, que de hecho lo tengo, la biografía de Marta Millinowski. La buscaba y la buscaba, me iba a los libreros y preguntaba por todos lados, que bueno, esa me la leí completa, completica y la tengo ahí como mi libro de cabecera… Total es que un día Jesús, consigo el libro, me meto en una librería y era el último ejemplar… Dios mío, me quedaba casi que el dinero justo para comprarla y la compré. Como te digo, mi libro de cabecera, porque es uno de los que más releo, creo que en esa época, no en esa época ni siquiera te había conocido... 

Entonces fue todo como me documenté en la Biblioteca Nacional, incluso allí vi un video que lo hacía Lagoven, era algo que lo hacía, esta actriz, no recuerdo el nombre de la actriz que interpretaba Teresa Carreño. Yo lo vi en la parte de arriba donde tienen las cuestiones de las películas, los vídeos, la colección audiovisual y allí me fui documentando. Aparte de todo lo que buscaba, leía, las cosas que a veces mi tío me decía, pero yo no soy músico y la gente me decía, después que la obra estaba hecha, “¿Pero una Teresa Carreño que no toca piano?” Yo siempre decía “Ay Dios mío, verdad que tengo aprender a tocar aunque sea un poquito”, pero no me paré en eso, ni en otras cosas que para mí en ese momento eran un muro, sino que yo tenía el interés de tocar y de contar la vida de Teresa Carreño, una vida demasiado apasionante.

─ ¿Cómo hiciste para montarla por primera vez?
¡Guao! Con mucha hambre (risas) ¿cómo hice? El cómo se lo dejo a Dios, yo creo que los ángeles, los arcángeles y todas las fuerzas divinas que me ayudaron a montarla.

─ ¿Cómo fue ese primer montaje?
-Yo tenía ya la pieza escrita y empecé a ensayar en mi casa. Recuerdo que yo iba a Valencia y le decía a mi hermana Marianela, “mira Marianela, mira tengo esto” y me imaginaba, pétalos de rosas, pero no tenía, imagínate, ni pa’ rosas artificiales, ni pa’ rosas, ni nada. Me imaginaba pétalos de rosa que en alguna parte de la obra caían del cielo, eso en la parte que hablaba de La cesta de flores, después me imaginé eso al final. Muchos pétalos cayendo como del cielo y eran imágenes que se me venían a la cabeza mientras yo estaba tratando de montar la obra, yo sola y le decía a mi hermana “mira esto que se me ocurre, mira esto, acompáñame al parque”. Ella me acompañaba al parque los fines de semana, al que se llama Fernando Peñalver. 
Empecé a ensayar, pero luego mi hermana no pudo seguir conmigo, mi hermana menor, me dije, ”Dios mío, ¿cómo hago?” intenté buscar algunos directores, pero generalmente ¿cómo es el proceso teatral para los actores?; los directores, que ya tienen una obra de algún escritor te llaman para requerir tus servicios actorales, esto fue a la inversa, yo había escrito la obra y ahora estaba sola queriéndola montar, entonces no conseguía ningún director, digamos reconocido que pudiera avalar. Intenté trabajar con alguien, intenté darle la obra a esa persona para que me avalara,  y esas personas, no sé si no confiaron en el trabajo o querían hacer el trabajo, total es que querían un poco tomar la obra para ellos y yo me desmotivé muchísimo porque la productora ─no puedo referir su nombre─, la productora me dijo, “Mira, tú no estás preparada para hacer ese personaje, nosotros hemos leído lo que tú escribiste, eso es un personaje para una persona, una actriz de mucho peso, nosotros lo que podemos hacer es que la vamos a mandar a reescribir con un escritor porque tú no eres dramaturgo, el escritor “equis” que les escribía a ellos y luego tú te sometes a un casting o puedes estar como asistente”… 
Yo no dije nada porque muchas veces he silenciado, pero recuerdo que en el metro, cuando ella se bajó, me puse a llorar.
Luego le dije a mi mamá, “mamá que duro esto, yo no puedo creer que esto me esté pasando a mi” y me desmotivé porque no tenía nada pues, o sea, no tenía dinero para producir y mi idea era que esas personas me ayudaran a la producción porque no tenía recursos. Bueno, total es que un día, habían pasado como dos meses, un día me levanté y me dije, o algo me dijo “registra la obra y empieza a montarla como sea, llévala a donde sea porque es algo que tú escribiste” y así lo hice entonces, me averigüé cómo pude con el SAPI. Fui, averigüé todos los recaudos y registré la pieza.
Una vez en ese proceso seguí ensayando, yo estaba sacando mis últimas materias en comunicación social, una de esas últimas materias era lectura dramatizada, ya yo me sabía la obra de cabo a rabo y tenía la idea de cómo quería montar la obra.

Me pasa un poco esto cuando escribo algo, Jesús, te lo confieso, que es como que yo tengo una idea en la cabeza y es como que la veo desde afuera, por eso es que a mí me gusta tanto trabajar también desde afuera y aspiro algún día si llego a hacer cine, no solamente estar como actriz, sino del lado de afuera o como directora, como escritora, o quizá como docente o como coach de actores, no lo sé, porque es como que me imagino todo, yo creo que a todos nos pasa lo mismo, no me pasa a  mí nada más. Todos tenemos nuestra visión de las cosas, bueno el cubismo era eso, tú te paras en algún punto y vas a ver algo diferente, entonces cada quien tiene su visión, su visión para dirigir y bueno, a mí me pasa y estoy segura que nos pasa a todos, lo que pasa es que yo he sido arriesgada para contarlo.
Un poco para retornarte la historia, para contar y decir mira todos tenemos la posibilidad de hacerlo, vamos a hacerlo y yo me he arriesgado, total es que bueno, viendo mi última materia con Xiomara Moreno, había un chico allí que era el preparador y yo le dije un día, un muchacho muy, muy joven, le dije “mira, yo escribí una pieza, necesito a alguien que me monitoree porque yo quiero montarla” también me acompañaba mi amigo Niger Pereira, a quien siempre tengo que nombrar, porque mi amigo estuvo conmigo en todos los lugares en lo sucuchito en lo no sucuchito en los espacios convencionales y no convencionales... 

En fin, total es que le digo a este muchacho: “léelo por favor a ver si tú me quieres colaborar a monitorear”. En efecto el muchacho lo leyó y me dijo “no, pero esto no es una obra de teatro”, yo le dije “Bueno, mira si tu lo ves como algo más hacia el relato está bien, pero vamos a reunirnos y vamos a empezar a hacerlo para que tu veas lo que yo tengo y lo que yo quiero decir con esto” así lo hicimos y el primer montaje ya no recuerdo ni siquiera donde lo hici... ¡No! claro que recuerdo, lo hice en el Banco Central de Venezuela con repetición, ellos me pidieron repetir, y gracias a Dios, y así lo hice, luego ese muchacho pues, dejé de trabajar con él, también hubo pequeños inconvenientes allí y yo gracias a Dios, había registrado mi pieza y mucha gente sabía, ya todo el mundo sabía que yo la había escrito, gracias a Dios y que él había sido un monitor (…)
Montar Teresa no fue nada simple, fui a bares, vendiendo entradas, recuerdo que para el Teatro Municipal de Valencia, tenía que vender una cantidad mínima de 380, creo de entradas y era yo sola, porque ahí si estaba yo, sola. Le pedí la colaboración a un señor director llamado Henry Manganielo para que me hiciera las luces y bueno, yo pagarle sus honorarios pues, y yo vendía entradas de casa en casa, de puerta en puerta, a todos mis vecinos, me fui a las iglesias evangélicas, a las iglesias católicas diciendo: ‘miren tengo una obra, por favor padre ayúdeme a vender aquí, diga algo después de la misa’… Bueno, me pasaron cosas bellísimas, grandes testimonios que por eso yo digo Dios existe, los ángeles existen y uno se desespera, pero en este plano, cuando pones todo en manos de Dios, las cosas se te dan. 

¿Qué hay que esforzarse? sí, la vida es esfuerzo porque las cosas no llegan de la nada, a Dios no le gusta la gente floja, Dios dice, y hay un refrán por ahí que dice “a Dios rogando y con el mazo dando” lo que quiere decir que hay que confiar, pero ese confiar es haciendo y la fe tiene que ser una fe activa. Así más o menos inició Teresa en los espacios, ensayando aquí, yo busqué espacios en el Laboratorio Ana Julia Rojas ensayando allí, ensayando en un huequito que hay por aquí que se llama “sala A  Teatro”. Ensayando en todos lados, como siempre pues, cuando no tenemos espacio, los grupos de teatro o las personas que somos, digamos, nuevos emprendedores, así arrancamos, a veces hasta en la calle.

─Excelente…
─Yo hablo mucho (risas).

-¿Qué es Teresa, la Pasión?, ¿qué buscas transmitir con la pieza?
─Varias cosas, la vida de Teresa Carreño en primer lugar, transmitir lo que le ocurre a un artista. Fíjate que a mí me encanta contar la vida de Teresa, yo sí quería contar la vida de un artista, porque ya estaba un poco cansada de ver obras de teatro que tenían que ver con personajes históricos, que tienen su gran valor, pero que se hacían como con una función muy particular, yo decía “Señor, yo no quiero esto”. 
Volviendo al punto, primero, contar la vida de Teresa, dos, exhortar a los artistas… Tres, hacer un llamado de atención al público… Cuatro, que la gente valore lo que fue Teresa Carreño en realidad, y las figuras históricas que ya casi no se recuerdan, sobre todo a las que casi no se conocen, entre ellas te puedo mencionar una fuera de serie, te hablo de Luisa Mota, una de nuestras grandes artistas, de nuestras grandes actrices de Venezuela.
Así ocurre con músicos, con escultores, con pintores y yo quiero seguir escribiendo en función de esos artistas que son desconocidos o que la gente ha olvidado, ha dejado un poco con el polvo arriba, es transmitir eso. La vida de Teresa Carreño y sensibilizar a la audiencia de lo que fue y lo que sigue siendo Teresa Carreño, como ser humano y como artista por su puesto y lo que representa para nuestro país, que sea un ejemplo, que las nuevas generaciones digan “¡guao!, fue un ejemplo de vida, un ejemplo de vida recta, un ejemplo de vida luchadora, un ejemplo de vida para todos los seres humanos y que todos en el fondo, los que habitamos en este plano, debemos convertirnos es en eso, en un ejemplo bueno de vida, para otros y para las futuras generaciones.




─¿Qué aspira Mariana Inés Gil de Teresa, la pasión?
─ Mira con Teresa Carreño, la pasión, primero que todo que recorra muchos lugares, hacer amigos (risas), eso es lo que Mariana aspira, quiero hacer amigos. Quiero hacer un espectáculo en paz, hacer un espectáculo con fe, hacer un espectáculo de la mano de Dios, hacer un espectáculo donde detrás del telón, antes de salir todos estemos orando, pero felices donde cada quien tenga su espacio, donde la gente se sienta tranquila, donde haya una confluencia, donde confluyan muchos elementos y donde todos los artistas que estén, se sientan como un solo vibrar, como un solo corazón latiendo, como una sola masa, eso es lo que Mariana Inés Gil quiere, un espectáculo donde todos los que confluyan se sientan bien.
Pero si tú me preguntas qué quiere Mariana, en el fondo, aparte por supuesto de presentar Teresa, dar a conocer la vida, yo como ser humano quisiera que después de presentar Teresa, quedar con amigos, porque es la mayor ganancia y es la mayor ganancia al alma, los amigos, y vibrar en frecuencia positiva con el otro, cuando eso no me pasa, a veces dijo “Señor ─porque somos humanos─ llámame a capítulo” porque hoy estamos y mañana quizás no. Entonces lo que quiero es que este tránsito en el que yo estoy pasando y en el que todos pasamos que se llama vida que además particularmente para mí ha sido intensa, intensa en todo… Que este tránsito sea bonito, no te niego que uno, como ser humano, a veces cae (…) Porque es normal, las relaciones humanas no son fáciles, hacer un trabajo de cualquier tipo actoral donde confluyen distintas personalidades,  personas, modos de ser, no es fácil, pero bueno, es llamar a capítulo y al final decir “bueno, Mariana que todo termine con una sonrisa, que todos se sientan cómodos, desde el que está más arriba que dirige, hasta el que barre, hasta el que te maquilla, porque todos somos un mismo sentir y una misma vida.

─ ¿Qué siente Mariana luego de interpretar a Teresa Carreño?
─ (Risas) Te voy a decir lo mismo que le dije a Jesús Alcívar “un gran hambre”. Después que termino, después que termino me queda un gran vacío, yo no te sé explicar la sensación, creo que era más fácil escribirla que contarla, yo se la escribí a Jesús Alcívar en la entrevista, me queda un gran vacío y en ese momento, fíjate que te lo cuento y lo revivo, es como que quisiera estar sola y salir corriendo, aunque siempre soy muy cortés con la gente y a las personas les digo “cómo están” el que quiera hablar conmigo pues, hablo con las personas, estoy pendiente, oye si alguien necesita alguna ayuda, pero en el fondo me queda un gran vacío, una gran soledad, unas grandes ganas de estar o con alguien muy cercano que me abrace en ese momento, bien sea mi mamá, o un amigo muy cercano como Niger, que me abrace.

Pero después me queda algo como, no te lo sé explicar, es como un gran cansancio, pero interior, y a veces no me provoca ni siquiera ver al público, es como si me quisiera meter en una cajita y que nadie me vea, es una sensación bastante rara. Luego cuando llego a mi casa, también, en una sensación de soledad bien grande, después como a las dos horas me da un hambrón, que me provoca comerme el mundo entero, siempre digo “Dios mío me provoca tomarme al rato como un buen vaso de jugo de fresa”.
Me recupero como al día siguiente o a los dos días, es como una sensación de soledad bastante grande y siempre pregunto, “¿oye, habrá quedado el público conforme?” porque uno trabaja para el público. Siempre le digo “Teresa, que tú, que tu memoria siempre descanse en paz, que brille para ti la luz perpetua, que se haya dicho, se haya contado tu vida, que el público haya conocido tu vida y sobretodo que el público la haya sentido, que haya quedado conforme. Te lo digo como actriz, tanto en Teresa como en otros espectáculos que he tenido, sobre todo si son de comedia, yo siempre digo “Señor, el público es lo principal, la gente viene, dispuso de un tiempo, oh padre que sea, que la gente se haya dado por servida”. En el caso de Teresa siempre digo aparte de lo que te digo,  que se haya contado su vida y haya quedado ella conforme, su alma pues, que descanse conforme.

─Una última pregunta: ¿cómo ves la figura de Teresa Carreño en el marco del centenario, que es justamente este año y Teresa Carreño, la pasión?
─ Bueno, mira, Teresa Carreño, la pasión, quisiera en sus distintas modalidades seguirla llevando al público, sobretodo en este año centenario... 
A Teresa Carreño la quisiera ver, quisiera ver un gran busto de ella en el Teresa Carreño, un busto de ella completo en el Teresa, así como este busto que hay pequeño, quisiera ver el museo de Teresa de nuevo, quisiera ver el Teresa Carreño tapizado con cosas de Teresa, quisiera una ruta de Teresa, una ruta en donde, una ruta para niños, una ruta para ancianos, una ruta para jóvenes, una ruta donde haya de todo, desde música, baile, las distintas expresiones rindiendo tributo a Teresa Carreño... 
Así yo veo el Teresa en el centenario y en lo que no es el centenario, es decir, siempre veo estos dos días fundamentales, su nacimiento y su partida como días grandes, días en que esto sea realmente un lugar como lo que debe ser el Teresa Carreño, el lugar de cobijo de Teresa Carreño, el lugar de cobijo de los artistas, pero de verdad verdad.

Además, un lugar como una gran biblioteca, biblioteca no solamente de libros, una biblioteca donde los libros tengan vida, donde la gente tenga vida, donde todo tenga vida en honor a ella. No es posible que la gente pise el Teresa Carreño y no sepa quien fue Teresa Carreño, no es posible que haya gente que venga a presentarse y no sepan quien fue Teresa Carreño y eso tenemos que, como venezolanos, recobrar y hacer todo lo posible para que eso no siga sucediendo, no solo con el Teresa Carreño, sino en cada lugar que uno va.

─Algo más que quieras decir
─Darle las gracias a Dios, darte las gracias a ti por haber confiado, porque tú confiaste. Yo vine muchas veces aquí con Teresa Carreño, la pasión porque quería que se montara aquí. Cuando pasaba por el Hotel Alba que queda en frente, veía diciéndome: “bueno, Señor en tus manos está”. 
Así que te doy las gracias y a todos los que han participado en Teresa a todos, a todas las personas que han estado en este proyecto desde, con los que han funcionado, hasta los que ya no están, darle las gracias, porque por algo estuvieron y Dios dispuso que estuvieran y sobre todo gracias a Dios.

─Gracias Jesús
─Gracias
─A ti
Jueves 12 de enero del 2017, Teatro Teresa Carreño
Espacios abiertos del Teatro Teresa Carreño, detrás de la Sala Permanente Teresa Carreño.

Trascripción: Keiris Rodríguez Múcura
Fotos: Luis Corona, Milangela Galea y Jesús Eloy Gutiérrez (2016).

No hay comentarios: