miércoles, 24 de mayo de 2017

El “Archivo Histórico Teresa Carreño”: Una de las colecciones del Centro Documental del Teatro Teresa Carreño



El archivo histórico de la artista venezolana Teresa Carreño (1853-1917) que se resguarda en el Teatro Teresa Carreño, forma parte del Fondo Documental de esa institución y está integrado por un valiosísimo número de documentos originales, tales como cartas, contratos, programas de mano, postales, telegramas, recortes de prensa y fotografías de la artista, así como buena parte de la documentación que sobre ella se ha generado en Venezuela entre 1917 y la actualidad.


De este conjunto documental, las cartas firmadas por Teresa como las que dirigían diversas personalidades representan una parte significativa del archivo para conocer al personaje y su época. Su valoración por los venezolanos, en los tiempos de la democracia, no pasado más allá de crear la Sala de Exposición Permanente Teresa Carreño, espacio dedicado a resguardar dicho patrimonio. Actualmente cerrado por el proceso de restauración de las piezas textiles, las que comenzaron a deteriorarse aceleradamente luego del desalojo de la Sala de su sitio original. Dicho espacio, no obstante, se torna insuficiente a la hora de divulgar la ejemplaridad de esta artista universal, que este año cumple cien años de su partida física.


Estos documentos forman parte de las pertenencias de la Carreño que llegaron a Venezuela por iniciativa de su discípula y primera biógrafa Marta Milinowski quien logró que el Vassar College de Nueva York los enviara a Caracas, a fin de que el Estado venezolano dispusiera de las mismos. Sin embargo, su destino fue incierto hasta 1987, cuando por las gestiones de Elías Pérez Borjas (1932-1993), entonces Director General del Teatro, pasan a formar parte de los archivos de la Sala Permanente Teresa Carreño, inaugurada al año siguiente. Dicha Sala estuvo bajo el cuidado del señor Arturo González Ubán (1916-2010), quien contribuyó a incrementar la colección.


En el año 2006, ante el panorama incierto en torno a la Sala de Exposición Teresa Carreño, los documentos de Teresa fueron rescatados por la Jefatura del Centro Documental e incorporados a su fondo documental, donde actualmente es una de sus colecciones más valoradas y resguardadas. Se encuentra disponible para su consulta por los interesados. Para la fecha se está llevando a cabo el inventario y catalogación de los mismos, cuya versión digital estarán disponibles en Internet a través del Sistema de Gestión de Información Digital del Centro Documental, que se desarrolla en estos momentos. Ahora solo está disponible en la Sala de Lectura del Centro Documental.

viernes, 12 de mayo de 2017

¿Quién lo mató?

LITERATURA (FICCIÓN)
Por Alexandra Romero**


Emocionado Xavier, contador del Teatro Teresa Carreño, se preparó para el recital en homenaje a la niña prodigio del piano, Teresita, por Clara Rodríguez, pianista venezolana ganadora del Premio Lukas de Reino Unido. Él le comentaba a su esposa Ana, que Teresa Carreño había sido considerada como la más grande pianista de su época.
-Fue invitada a tocar ante el presidente Abraham Lincoln, en la Casa Blanca ¿Me estas escuchando Ana?- le dijo emocionado.

Sin embargo, ella solo le decía, con tono burlón, que la verdadera Teresita había muerto el 7 de junio de 1917 a los 63 años. No le soportaba, estaba muy enojada porque estaban llenos de deudas y Xavier solo le contaba sobre las maravillas de esta compositora venezolana con fama mundial.
Al llegar al Teatro Teresa Carreño Xavier rápidamente se incluyó en la larga fila para comprar la entrada del evento, dejando a su esposa unos metros atrás por su extremada premura, a simple vista él hacía pensar que padecía de Trastorno obsesivo-compulsivo, repetía palabras de manera silenciosa y le sacaba conversación a las personas de la cola de forma desesperada… desenfrenada.

-A los 9 años debutó como solista con la Orquesta Sinfónica de Boston y con la Filarmónica de Londres. Además, en 1889 regresó a Europa para ser solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín- decía en voz alta pero temblorosa,  mientras se agarraba sus manos sudorosas. Su esposa, le miraba con cara de odio, repudio… y las personas de atrás también ya las tenía aturdidas por su parlanchina personalidad.
Cuando por fin llegó a la taquilla pidió dos entradas al vendedor, éste parecía no tener mucha paciencia, además el calor de ese día le sacaba los demonios hasta al más pacífico. –¿Sabía que compuso el Himno a Bolívar, Saludo a Caracas, el Vals de Teresita, Himno al ilustre americano, Danza venezolana, El cuarteto para cuerdas en Si Bemol, entre otras obras? ¿Lo sabía?- le repetía y volvía a repetía buscando una respuesta de aceptación, pero éste no emitió nada y solo entregó los dos ticket.
Al tenerlos en sus manos revisaba y volvía a revisar los boletos como si algo no estuviese bien. Mientras tanto, la gente ya comenzaba a decirle cosas, pues la cola seguía creciendo y la hora del concierto se acercaba; Ana tuvo que sacarlo de su letargo con un empujo. Al llegar a la sala Ríos Reyna se dieron cuenta que el lugar estaba repleto, no les quedó de otra que pedir permiso para poder pasar y ubicarse en unos asientos. Xavier estaba sobreexcitado y le comenzó a contar al señor ubicado a su derecha que Teresita al regresar a Venezuela en 1885 no le fue muy bien.
-La sociedad caraqueña empezó a adoptar una actitud de rechazo hacia nuestra Teresita, por ser una mujer divorciada y vuelta a casar ¡Eso era un escándalo! Tuvo que abandonar la ciudad en 1886, ¡No estaba cómoda!- le expresó molesto. El señor luego de escucharlo con atención se presentó extendiendo su mano, no obstante, Xavier no podía aceptarla, su miedo a los gérmenes se lo impedía, lo que generó desagrado e impresión de rechazo en la acción.
-La mala educación se puede observar en su actitud. Pensé que era mucho más inteligente- Aseveró el señor con ceño fruncido.
Al faltar solo minutos para dar inicio al recital Xavier sintió ganas de ir al baño. Le dijo a Ana que ya volvía. Salió tropezando y pinzando a las personas hasta que llegó a la puerta. Corrió hasta el baño, estaba lleno, le tocó esperar, era el último, silbaba para distraer su mente y no pensar en sus necesidades, agarraba sus extremidades. Cuando por fin entró no había nadie, estaba alegre por eso. Al salir lavó y secó sus manos. Mientras se dirigía a abrir la puerta para volver a su asiento sintió cuando alguien le tapó la boca y clavó la punta de un cuchillo sobre su espalda. Xavier intentó hablar, pero las palabras no salían de su boca.

-Adiós, iré a ver como juegan con el instrumento- le susurraron al oído.
El dolor que sentía era agudo, terriblemente intenso. Después sintió como la oscuridad se apoderaba de él, cayó el frío, cayó la muerte, no logró presenciar el homenaje de Teresita, su Teresita, su artista. No pudo sentir ese temblor que recorre la espalda, o esa cálida sensación romántica que erizan los vellos de los brazos… como sea que se presente, es momento de placer sublime. Murió. ¿Quién lo mató?

*Este fue uno de los trabajos resultados del II Taller de Escritura Creativa dedicado a Teresa Carreño, realizado en Sala de Lectura del Centro Documental, abril-junio de 2016.
**Comunicadora Social Mención Impreso egresada de la Universidad Santa María. Estudiante de Archivología en la Universidad Central de Venezuela. Especialista en redes sociales y gestión de contenidos periodísticos.