lunes, 22 de diciembre de 2014

La aguerrida doña María de Jesús Muñoz de Carreño: esposa, madre y abuela de músicos independentistas de Venezuela



por David Coifman
El 16 de enero de 1813, María de Jesús Muñoz, esposa del maestro de capilla José Cayetano Carreño, y “con su permiso”, envió al Teniente Justicia del pueblo de los Teques (actual Estado Miranda) una “carta requisitoria” para que éste intercediera en su petición de exigir a don José Miguel Villareal que le pagara una deuda de 300 pesos que había debido devolverle “por terceras partes cada bimestre” desde el 25 de mayo de 1812. Como Villareal tenía una hacienda en los Teques, pero no tenía residencia conocida, a María de Jesús Muñoz se le hacía imposible obligarlo legalmente a que cumpliera con dicha deuda. Su mayor temor se debía a que su deudor había vendido dos de los cuatro esclavos que tenía en esta hacienda, y si vendía los otros dos quedaría la tierra abandonada por falta de trabajadores para cultivarla, y Villareal sin bienes para respaldar el pago de la deuda. Por esta razón, María de Jesús Muñoz solicitó al Justicia Mayor de los Teques que intercediera para que se embargaran cuanto antes a los dos esclavos que quedaban en la hacienda de Villareal, con el fin de garantizar que éste tuviera crédito suficiente para responder con estos bienes el día en que finalmente lo pudiera demandar[1]. La incansable dedicación de María de Jesús Muñoz, madre a la fecha de siete hijos y embaraza del octavo, a defender una deuda económica familiar sin duda contraída por su marido con don José Miguel Villareal, hermano de don Rafael Villareal, músico de la Iglesia Catedral de Caracas y padrino de su hijo José Cayetano (n. 8 de julio de 1804) es un representativo ejemplo de que detrás de un renombrado hombre y artista colonial se hallaría a su sombra, como en este caso, una aguerrida mujer.
Pasados exactamente cinco meses sin recibir respuesta, el 16 de junio de 1813,  María de Jesús Muñoz escribió una segunda carta requisitoria al Teniente de Justicia Mayor de los Teques para informarle que efectivamente ya tenía noticias de haberse embargado a los esclavos, en referencia a una esclava llamada Manuela y a su hija María Lina de tan sólo cuatro meses de edad, y que ambas estaban bajo el cuidado del señor Miguel Rey, vecino de la hacienda del señor Villareal. Aprovechó además la ocasión para informarle que su deudor se hallaba a la fecha viviendo en el pueblo de Barbacoas (actual Estado Lara) y que se negaba a ir a Caracas, lo que hacía imposible poder demandarlo. Por lo tanto, María de Jesús Muñoz se veía obligada a enviarle al Teniente de Justicia Mayor el vale donde dicho Villareal había registrado su promesa y obligación de pagarle los 300 pesos, con el fin de que se lo hiciera llegar al Teniente Mayor del partido de Barbacoas para que pudiera “reconvenir” al dicho Villareal al reconocimiento legal de la deuda, y poder informarle también que, de no presentarse en el lapso máximo de ocho días en Caracas, la justicia seguiría su curso quitándole definitivamente a las dos esclavas. Para facilitar este embargo, María de Jesús Muñoz suplicó al Teniente de Justicia de los Teques que le hiciera llegar cuanto antes las mencionadas esclavas embargadas a Caracas.
Al día siguiente, 17 de junio de 1813, María de Jesús Muñoz dio a luz a su octavo hijo, Manuel Antonio del Rosario (eventual padre de Teresa Carreño), y fue bautizado el 26 de junio en la iglesia de San Pablo, siendo su madrina Manuela Suárez de Urbina.
Manuela Suárez de Urbina era la tía de la niña prodigio María de la Concepción Patiño Suárez de Urbina (1785-1807), a quien José Cayetano Carreño dio clases de piano y le escribió la carta de méritos para intentar irse a España a ser camarista de la reina, en 1796. El recuerdo de esta niña prodigio (de hecho, la primera conocida en la historia de Venezuela) debió acompañar algunas de las conversaciones de Manuela Suárez con su ahijado, e influido probablemente también en la decisión que tomaría éste muchos años después de sacar a su hija Teresa Carreño de Venezuela en pos de un mejor futuro artístico, alcanzado así, al menos con su hija, el deseo que no pudo cumplir la hermana de Manuela Suárez con su talentosa hija pianista María de la Concepción Patiño Urbina.

El 10 de agosto de 1813, María de Jesús Muñoz, con permiso de su marido, escribió al Gobernador Político de Caracas para explicarle que había iniciado los trámites durante el “gobierno extinguido” de los realistas para demandar a Miguel Villareal por la deuda de 300 pesos que mantenía con ella, y hasta la fecha sólo había logrado que las dos esclavas de la propiedad de Villareal fueran embargadas, si bien no habían sido todavía traídas a Caracas. Por lo tanto, suplicó al Gobernador Político mandar a hacer cumplir cuanto antes su petición.
Ese mismo día, 10 de agosto de 1813, su hijo mayor José Ciriaco Carreño, quien dos días antes había cumplido los 18 años de edad, decidió renunciar a su labor de organista segundo en la Tribuna de la Iglesia Metropolitana de Caracas bajo la dirección de su padre para marcharse con los patriotas a la guerra. Como consecuencia, su hermano Juan Bautista Carreño, con sólo 11 años de edad, y a petición de su padre, ocupó el cargo vacante de organista segundo, desde el 18 de agosto de 1813. José Ciriaco Carreño murió en la Batalla de Urica, el 5 de diciembre de 1814.
El 16 de agosto de 1813, el Gobierno Político de Caracas le escribió a María de Jesús Muñoz (sin duda de manera más rápida que durante la regencia realista) para informarle de haber mandado una orden al Justicia Mayor de los Teques para que enviara cuanto antes a las dos esclavas embargadas de Miguel Villareal a la capital. En efecto, el 15 de octubre de 1813, María de Jesús Muñoz le escribió al Gobernador Político para informarle que el pasado 12 de agosto su primo hermano y organista de la catedral Francisco Lucio Alva había recibido a las mencionadas esclavas, y ahora le suplicaba que nombrara lo antes posible al defensor del señor Villareal de manera de poder continuar con el proceso de la demanda contra él por la deuda de 300 pesos. Que ella, por su parte, ya contaba con tres importantes testigos que darían fe, bajo juramento público y ante Dios, de haber dado el dicho préstamo de 300 pesos a su deudor, el señor Villareal. Los testigos eran sus primos hermanos el cantante segundo Carlos Alva y el organista Francisco Lucio Alva, y el cantante meritorio Juan José Urbina. Es decir, todos miembros de la Tribuna de la Iglesia Metropolitana de Caracas y por lo tanto músicos al servicio de su marido José Cayetano Carreño. De hecho, si descartamos a José Ángel  Lamas (1775-1814), quien a la fecha ejercía el cargo de bajonista, los testigos que declararían a favor de María de Jesús Muñoz eran los únicos miembros integrantes de la capilla musical catedralicia, entre ellos dos primos hermanos de la demandante, que no tenían el apellido Carreño.
El 19 de noviembre de 1813, los tres testigos declararon al unísono que conocían “de vista, trato y comunicación” a Miguel Villareal; que les constaba de vista y ciencia cierta que el expresado Villareal debía a María de Jesús Muñoz los 300 pesos mencionados; que les constaba la obligación hecha y firmada de su puño y letra en el vale; y que lo que han declarado era público y notorio.
El 15 de diciembre de 1813, el Alguacil Mayor de Caracas, don Jacinto de Ibarra, entregó las esclavas Manuela y su hija María Lina al primo hermano de María de Jesús Muñoz, el cantante Carlos Alva por ser “vecino arraigado y conocido de esta capital”, y quien las había recibido “obligándose a mantenerlas en fiel y seguro depósito a disposición del señor juez de esta causa u otro competente, y a entregarlas cada y cuando se le mande a menos que se fugasen, con cuyo caso presenta no ser responsable a ellas y en ninguno a formales”. El expediente no incluyó información de si María de Jesús Muñoz cobró finalmente los 300 pesos. En todo caso, según parece, se daría por pagada con la obtención legal de las dos esclavas. Sólo resta considerar si las esclavas embargadas, Manuela y su hija María Lina, se hallarían acaso entre las que Marta Milinowski, en su libro Teresa Carreño, registra haber sido libertadas por María de Jesús Muñoz (acaso finalmente después de cuarenta años al servicio de pagar la deuda de 300 pesos de Villareal) como gesto altruista cuando nació su nieta Teresa Carreño, en 1853.

Referencias consultadas:
Inédita: Execución promovida contra D.n José Miguel Villareal por D.a María de Jesús Muñoz legítima muger de D.n Cayetano Carreño por cantidad de pesos, Academia Nacional de la Historia, Sección Civiles 224-1028, año 1813, fols. 1-28.
Publicadas:
ALCIBÍADES, Mirla. Manuel Antonio Carreño. Colección “Biblioteca Biográfica Venezolana” de El Nacional, vol. 12. Caracas: Editorial Arte, 2005.


COIFMAN, David. “Recuerdos americanos de Madame Teresa Carreño”. Revista Musical de Venezuela, XVIII / 43 (2001), pp. 41-65.
COIFMAN, David. “‘Bajo la forma de un ángel’. La visita de Teresa Carreño a España (1866)…y otros nuevos datos biográficos”. www.mundoclásico.com / Publicadoel 22 de diciembre de 2011.
COIFMAN, David. De obispos, reyes, santos y señas en la historia de la capilla musical de Venezuela (1532-1804). Madrid: Sociedad Española de Musicología, 2010.
GUTIÉRREZ, Jesús Eloy. Para conocer a Teresa Carreño. Caracas: Gráficas León, C. A., 2003.


MILANCA GUZMÁN, Mario. ¿Quién fue Teresa Carreño? Caracas: Alfadil, 1990.


MILINOWSKI, Marta. Teresa Carreño. Traducido del inglés del original Teresa Carreño: by the grace of God (1940), por Luisa Elena Monteverde Basalo, con notas de Walter Guido y Mario Milanca. Caracas: Monte Ávila Editores, 1988.


ROJO, Violeta. Teresa Carreño. Colección “Biblioteca Biográfica Venezolana” de El Nacional, vol. 17. Caracas: Editorial Arte, 2005.





[1] Todo el litigio, hasta ahora inédito y desconocido cuya primicia damos a conocer con este texto, puede consultarse en el expediente Execución promovida contra D.n José Miguel Villareal por D.a María de Jesús Muñoz legítima muger de D.n Cayetano Carreño por cantidad de pesos, Academia Nacional de la Historia, Civiles 224-1028, año 1813, fols. 1-28.