Por Jesús Alcívar*
ENTREVISTA
─Hola querida Mariana, ¿Cómo estás?
─Muy bien Jesús,
gracias a Dios. ¿Y tú?
Bien, bien. Comencemos con nuestra
tertulia.
Claro!
─
¿Qué es la actuación para ti?
─
La vida. La
actuación es para mí la vida porque nunca he pensado en el sentido estricto
que algo "se actúa" o se representa, sino que se presenta,
se vive, se siente.
La vida conjuga
una totalidad tan diversa; experiencias que llamamos buenas y otras no tanto,
sentimientos y emociones, en fin. En esa vida nos movemos en algo que
determinamos como tiempo y espacio y allí nos conectamos con otros,
"somos otros", siendo nosotros mismos a la vez, debido a que
maravillosamente cohabitamos en todo lo que expresa la humanidad: alegría,
tristeza, conciencia, rabia, nobleza, reflexión, fé, y la aprehensión de eso
que nombramos como realidad. Así es la vida.
La vida es
cambio. y todos, absolutamente todos continuamente mutamos... cambiamos. Nos
movemos física, psíquica, y emocionalmente. Siempre estamos adaptándonos,
mimetizándonos. Nos movemos, hacemos "algo", vamos o regresamos.
Actuamos! En esencia, la vida es un sentir, un latido constante, una esencia, y
los seres humanos tomamos del exterior (personas, hechos, lugares) y también
hurgamos en lo interno y vamos dibujando con matices y pinceladas que llevan
tonos diversos los cuadros de la galería del tránsito llamado existencia.
La actuación
para mí es la vida misma. Por cierto, algunas personas dicen: "es que los
actores, en particular, se convierten" Pero yo pienso que todos nos
convertimos. Todos somos actores, personas que ejecutamos. Lo que creo es que
si nos proponemos abrir un poquito los
ojos del alma y nos abstraemos de lo superfluo, agarramos de otros esas
características (hasta formas de hablar) que creemos que no son nuestras. Y
digo creemos porque en el ser humano habita todo. Algo que suena aparentemente
ajeno, no lo es.
Que bendición y
cuanto potencial tiene el hombre. Basta probar y lanzarse con mucha fe, para
despertar el espíritu que Dios (la fuerza suprema) nos dio como regalo y entonces,
como dicen muchos, actuar... conectarnos… vivir.
─ Wow, tu respuesta acaba de “abrir”
mi concepción de la actuación. ¿Cómo y cuándo comenzaste a actuar?
─¿Cómo comencé?
Bueno, jugaba con hormigas en el patio de mi casa cuando empecé a actuar. Ese
es el momento cuando mi memoria registra que comencé a vivir. Luego me la
pasaba con muñecas, inventando historias o sintiendo y observando lo que le
pasaba a la gente, y entonces, agarraba eso para mí y lo vivía por
medio de mis muñecas.
A mí me
encantaba ver todo, leer cuentos y escribir, aunque no tenía muchos porque
vengo de una modesta familia y muy particular, pero mis hermanas mayores me
dejaban de herencia los suyos.
En este punto
(en esta pregunta) quiero hablar de mi padre Rafael Simón Gil, quien era un
hombre inmensamente particular, con muchas aristas. Y lo refiero porque el
que me conoce desde la infancia (como mi mejor amiga Laura Costanzo)
siempre comenta: "amiga, querida, tu padre era un actor y heredaste
eso". Lo menciono porque se fue de este plano hace muy poco pero me dejó
mucho. Y la gente dice eso. Ta vez, el cómo viene por allí y
tantas vivencias generacionales.
Por su parte,
mi mamá me dice siempre que pese a mi timidez andaba metida en los actos
culturales del colegio. Yo recuerdo que en 4to y 5to grado hice una obra en la
cual yo era un zorrilo hediondo que otros animales no querían (claro, por el
olor), pero luego el amor, la nobleza, y la unión prevalecieron. Se llamaba
PIMPI. Qué cómico! Después en bachillerato en el Colegio Padre Seijas, y así
seguí…
Pero lo que la
gente llama “formalmente”... eso fue en la Escuela Superior de Artes Escénicas
Juana Sujo, de la mano de un profesor ruso llamado Pavel Rochupskin, pero
previamente había iniciado en un taller muy largo con un maestro llamado Noel
Cruzen de la Casa del Artista, que por cierto, yo ni tenía dinero para hacerlo,
pero el me dijo: no le digas a nadie pero yo te beco. Sigue viniendo como sea y
así fue.
Después por
casualidades llegó Venevisión con Héctor Manrique (era un taller gratis) y
menos mal porque tampoco tenía ni un centavo en ese momento. A veces, hasta me
mareaba del hambre en las clases, pero cuando oras todo pasa y además tenía
unos compañeros maravillosos. Y bueno, estoy agradecida porque han pasado
muchas cosas en el devenir de la vida, pero si te soy franca recuerdo haber
iniciado con las hormigas en el patio de mi casa.
─¿Cuál ha sido tu representación
favorita?
─ Mi madre santa!
Es un poco difícil contestar esta pregunta. Hoy te digo que “Teresa Carreño, La
Pasión”. Es como un hijo porque la escribí y en ese momento había nacido mi
grupo HAGEO TEATRO (Hageo que es el nombre de un profeta y un libro de la
Biblia).
Pero, bueno
Jesús, puedo comentarte que me gustó mucho Marlene en la obra “Rosa de Dos
Aromas”. Era una peluquera y con Marlene yo sentía que me estaba montando en un
globo aerostático de colores donde cada nube sacaba de lo más hondo de mí, una
inmensa carcajada. Las obras rusas: todas las de Chejov. Me encantaba “Srta
Julie” de August Strindberg (fue en la Juana Sujo). Es que todos los personajes
me gustan y todas las obras también. Me encantan porque los personajes son como
los seres humanos y las obras como la vida misma.
─¿Solo Teatro?
─No, no solo
teatro. También cine, aunque formalmente he hecho poco. Un par de cortos y un
personaje en la película Zamora de Chalbaud. Pero lo que la gente no sabe es
que he hecho tanto pero tanto cine, porque para mí todo es como una pel'icula:
desde un café compartido, salir… compartir… lo que te pasa en la calle… en fin,
cada vivencia es una historia.
Estudié
Comunicación Social en la UCV y estoy en ejercicio. Soy locutora, he trabajado
dando clases de teatro para niños. Adoro a los niños y ancianos. Y.... Bueno,
me encanta escribir. La verdad, yo hago de todo un poco. Siempre hay que estar
listo para todo (Las cosas buenas).
─Claro Mariana, las cosas buenas, y
las no tan buenas también, aquellas un poco más difíciles de sobrellevar. ¿Qué
es lo más difícil de la actuación?
─Ay, Dios! Esta
pregunta es otra bien difícil. La vida no es simple. Pero si me pides que sea
puntual, pienso en el escenario. El momento más difícil es antes de salir a
escena y cuando se termina la pieza. Como nacer y morir. Es una sensación rara
y la gente que ha trabajado conmigo lo sabe. En especial mi amigo Níger Pereira
quien desde hace siglos me acompañaba. Voy muchas veces al baño a orinar, mi
sudoración aumenta, siento que mis poros se dilatan y sube mi temperatura. Un
nudo como de una gran soga se me posa en la garganta, y rezo mucho para tratar
de controlar los esfínteres. Y luego, al final, es igual de difícil porque sudo
mucho más que al principio, y te confieso que me provoca tomarme un buen vaso
de jugo de fresa al rato. Los finales de las obras son lo más difícil
porque quedo como vulnerable, me siento como desnuda y cuando estás de
esa forma solo quieres estar sola, solo.
Me provoca
correr lejos e irme y no recibir ni aplausos, pero soy cortés y siempre saludo
a quienes se quedan o atiendo cualquier solicitud que se me haga (así me enseñaron
en casa) pero confieso que solamente me provoca estar sola o que alguien
muy, muy cercano me abrace. Me queda un inmenso cansancio y un gran vacío
interno. Como si todos mis poros son ojos abiertos que han parpadeado mucho. A
las dos horas me da un hambre tan atroz como si hubiese subido el cerro
“El Avila” un par de veces y quedo "agotada". Después, me da
mucho sueño y a dormir.
─¿Cómo ves el movimiento teatral
venezolano?
─Raro. Como un
cuadro surrealista. Como un paisaje que no logro descifrar. A veces lo veo como
el país en la actualidad. A veces, siento
frustración…
─Por muchas
cosas. Todo lo que vivió. Por ser una mujer que en su época rompió esquemas.
Por Venezuela. Por esa estructura que lleva su nombre donde ha trabajado y
trabaja tanta gente valiosa. Porque cuando me fui a Caracas (soy de Valencia)
no me gustaba estar encerrada en una residencia, en una habitación fría y sin
arraigo. Entonces me iba a estudiar en los espacios del Teatro Teresa Carreño o
ensayaba allí, apenas con una galleta de soda, agua y el ticket de metro y me
causaba ruido el gran desconocimiento que sobre esa vida tan apasionante,
existía. Por eso y para
eso Teresa Carreño...
*Clarinestista de la Sinfónica Teresa Carreño, además de director artístico y clarinestita del Ensamble Raudal, grupo de música instrumental venezolana que fundó en 2004. También es integrante del Cuarteto de Clarinetes REUM de Venezuela y es investigador sobre el rol del clarinete en la historia de la música venezolana.
Fotografías: Milangela Galea y Luis Corona 2016, correspondiente al último montaje de la obra "Teresa Carreño, la pasión" en el marco de homenaje "In memoriam", realziado en la Sala José Félix Rbas, Teatro Teresa Carreño, 30 de noviembre y 1° de diciembre de 2016. Una coproducción del Centro Documental del Teatro Teresa Carreño, Épica Producciones y Toclick.
*Clarinestista de la Sinfónica Teresa Carreño, además de director artístico y clarinestita del Ensamble Raudal, grupo de música instrumental venezolana que fundó en 2004. También es integrante del Cuarteto de Clarinetes REUM de Venezuela y es investigador sobre el rol del clarinete en la historia de la música venezolana.
Fotografías: Milangela Galea y Luis Corona 2016, correspondiente al último montaje de la obra "Teresa Carreño, la pasión" en el marco de homenaje "In memoriam", realziado en la Sala José Félix Rbas, Teatro Teresa Carreño, 30 de noviembre y 1° de diciembre de 2016. Una coproducción del Centro Documental del Teatro Teresa Carreño, Épica Producciones y Toclick.
2 comentarios:
Que increible leer a Mariana Gil en esta entrevista, pude visualizar cada palabra cada gesto...es un ser maravilloso...dios te bendiga Mariana Ines Gil
¡Excelente entrevista! Felicitaciones, Mariana.
Publicar un comentario